MI DESPERTAR SEXUAL

Ser una adolescente tiene sus compensaciones como sus grandes problemas pues todo se mira tan complicado, primero, lo tormentoso de los periodos pre menstruales y la llegada del periodo y segundo, mis agarres con mi madre, todo es un suplicio, incluso poder escoger lo que debo ponerme a diario, pues jamás encuentro nada que me quede bien. Al llegar a mis 15 años, les pedí a mis padres que me regalaran una operación para disminuir mis senos que son unos grandes globos que me incomodan bastante pero ellos como siempre no me comprenden y desean que las siga teniendo hasta que tenga mi propio dinero para realizar la cirugía.


        Ahora llegado mis dieciséis años sigo con los mismos problemas y nada ha cambiado, excepto que llego a mi vida un lindo chico que esta precioso, pero, porque siempre hay un pero, no se fija en mi para nada, y la coqueta de Jennifer se le ha estado insinuando, y creo que yo no tengo nada que envidiarle a ella, bueno es lo que creo porque ahora todo mi mundo se centra en los estudios.

       Pero esto que me sucedió aun me ruboriza. Luego de finalizar la clase de física, todas mis compañeras y yo nos fuimos a las duchas, pero mi profesora me pidió que me quedara para recoger las cosas que se habían utilizado en la clase. Eso no me gusto para nada pero tampoco tenía muchas ganas de bañarme y luego ir a la clase de mate.  Cuando termine ya casi todas las chicas se habían ido del camerino, así que tuve el espacio para mi solita.

         Me quite el uniforme y luego sabiendo que estaba sola, me quite la ropa interior para meterme debajo de la regadera con esa deliciosa agua caliente, así que comencé a limpiarme el sudor en todo mi cuerpo, y de pronto, sin aviso alguno me sentí extraña cuando rosaba mis pechos con el pañito enjabonado, y la textura y suavidad junto con la temperatura del agua, me puso caliente, un poco lujuriosa, y esta vez la rutina fue diferente, y mi mano recorría mi cuerpo lentamente mientras disfrutaba esa sensación, la cual se torno excitante al llegar a mi entrepierna, el roce del monte de venus depilado, de mi clítoris me hizo cerrar mis ojos, y centrarme en ese sector y temblar de la emoción, y de aquel ritmo lento comencé a frotarme más prisa, en una emoción desesperante, exhalaba y gemía mientras aquella sensación me producía corrientes de vibraciones violentas en todo mi cuerpo mientras mi otra mano acariciaba mis senos sin importarme el tiempo o el lugar en que estaba hasta que salí del trance, sintiéndome agotada. Me recupere lentamente del letargo en que estaba, termine de bañarme y me vestí sintiéndome ruborizada, mientras miraba a todos lados a ver si nadie me habia visto y sonreia. Luego de ese día me gustan las duchas calientes, claro, en la privacidad de mi cuarto.

0 comentarios:

Publicar un comentario