Iba tarde, completamente todo me había salido mal esa mañana y para colmo de males ni un solo taxi en la calle, así que el transporte público era mi única alternativa. Camine por el pasillo y ante el empujón de la gente llegue detrás, donde en un asiento esquinero viajaba una pareja de adultos. El le decía cosas al oído a ella, quien reía y miraba a todos lados. Cuando ella alzaba su mirada hacia donde me encontraba, yo retiraba la mía hacia otro lado.
El le tenía su brazo izquierdo sobre el cuello y su hombro, mientras ella de vez en cuando miraba hacia la ventana, y luego observe como el hombre bajaba más su mano izquierda hasta el pecho de la mujer. Ella dejo de reír y en un par de veces miraba al pasillo como revisando que nadie los viera, y realmente el bus tenia tanta gente que desesperada estaban atentas a su parada de destino que no advertían lo que ocurría con aquella pareja.
Ella lentamente coloco su mano derecha sobre la entre pierna de él, y mientras el varón le rosaba la punta de su seno, ella hacia lo propio. El hombre se estaba entusiasmando al besarle el lóbulo de la oreja derecha de ella, y bienvenido era aquella muestra de ternura pues ella cerraba los ojos y se le veía contener su éxtasis por medio de los movimientos de sus labios que intentaban no delatar lo que estaba sintiendo. Mientras el hombre simplemente, sin importarle donde estaban, metió parte de sus dedos entre el escote de la blusa, y busco como una serpiente llegar al final de aquel voluminoso pecho. Podía observar como uno de los dedos debajo de la blusa se levantaba en el mismo sitio que estaría el pezón y ella reaccionaba sacando la punta de su lengua para mojar su labio inferior.
Yo sentía el sudor de mis manos en los barrotes del autobús, y que aquella escena transmitía todo el erotismo de la pareja a mi cuerpo, que no me interese en saber si alguien más veía aquello. La mujer era muy diestra con su bamboleo, y sin que uno pudiera darse cuenta con una mano bajaba el cierre del pantalón del varón por donde ella introducía parte de sus dedos mientras su pareja le decía cosas al oído. Ella asintió y lo miro y le estampo un beso a él, que fue primero juntando los labios y luego se volvió un torbellino de pasión donde sus rostros mostraban signos inequívocos de excitación total. El bus en ese instante se detuvo y la pareja se levanto de su lugar sin que el hombre tuviera tiempo de cerrarse el zipper y se bajaron apresurados. Adivinaba que aquello fue el preámbulo de una invitación a continuar su desborde en algún otro lugar mas privado.
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